Hola Pablo:
Leí tu libro con suma atención, a veces releyendo párrafos y páginas enteras, porque me resultó muy didáctica tu aproximación al fenómeno K. Esa guía me permitió traducir el discurso de reasunción de la presidenta y entender algunos sucesos que se produjeron en los ocho años anteriores y los que se esperan a partir de ahora.
Todo gira en torno a la gestión que asegura la gobernabilidad, en detrimento de las instituciones republicanas, y la resolución de conflictos, más allá de cuestiones formales, reafirman la imagen presidencial tan disminuida a raíz de los acontecimientos del 2001 junto a una poderosa red propagandística que no da tregua y que poco a poco se va a tornar opresiva.
Creo que esto podría ser un resumen de lo que entendí. Por supuesto, surgen muchos interrogantes, algunos de los cuales voy a plantear:
¿Kirchner asumió en 2003 con el propósito de gobernar como lo hizo o fue tomando decisiones sobre la marcha?
Respuesta: Un poco y un poco: lo seguro es que no tenía ningún plan paso-a-paso
¿Tenía conciencia de lo que llamás la “infrapolítica de los nosotros” y a partir de esta realidad diseñar un modo de administrar?
R: Sí, aunque no como la conceptualizo yo. Prat Gay cuenta que una vez desde la Rosada, K le mostró un piquete y le dijo "mire: yo estoy acá para que esa gente vuelva a su casa" y K sabía muy bien que esa gente no iba a volver ni a punta de pistola (como demostró 19-20) ni vía sindicalización estatizada como había echo el primer peronismo.
¿Fue él quien planificó y llevó a la práctica la gestión como método efectivo de satisfacer necesidades?
R: No, fue el mercado; la política ya lo había comenzado a incorporar, pero K lo multiplicó y expandió y lo convirtió en sistema de consenso y de obtención de gobernabilidad.
lo que intenta mostrar mi libro, como presupuesto general, es que los políticos no hacen lo que se les ocurre y mucho menos lo que planifican (que es la imagen que dan los periodistas sean oficialistas, opositores o independientes), sino que toman las condiciones de su circunstancia y las afrontan con los elementos que en su circunstancia andan sueltos; el modo como los articulan, junto a alguna que otra característica personal, sí puede llegar a ser original de ellos y esa articulación es lo que conforma su perfil de gobierno.
¿Creés que en algún momento se pueda volver a la institucionalidad tradicional o tantos años haciendo caso omiso de ella ya la han dejado obsoleta y fuera de servicio?
R: Imposible que vuelva; por eso hablo de un Estado posnacional, justamente.
¿Pensás que como consecuencia de algunas desviaciones del plan original –cancelación de los subsidios, aumento de tarifas, techo para las paritarias- pueda aparecer nuevamente el fantasma del “nosotros” y en ese caso con menos argumentos –menos caja- la presidenta volverá por los fueros tradicionales?
R: En el verano se vio que el fantasma nunca desapareció, aunque sí se transformó, entre 2003 y hoy: Famatina, por ej., los docentes, etc., etc.
También se viene viendo que el gobierno necesita satisfacer a todos con menos recursos que antes, lo cual es muy difícil sin poder recurrir a la represión abierta; igual, se viene desarrollando (que no planificando) una represión también posnacional: tercerización, provincialización del uso de la fuerza (Formosa, Neuquén, Salta), patotas (Sta Cruz, FFCC, etc.), chicaneo mediático (678, Tiempo Argentino, etc. etc.), ahogo presupuestario (lo denunciaron radios independientes riojanas y seguro no son las únicas), listas negras privadas (como las confeccionadas por las mineras en La Rioja), sicarios privados (como en Sgo del Estero), judicialización de la protesta, difamación mediática, gatillo fácil, etc., a lo que se suma la ley antiterrorista (que ya se aplicó a 25 antimineros catamarqueños), el proyecto X, el uso de gendarmería en los conurbanos, entre otras.
Para terminar, no quiero aburrirte, este enfrentamiento con Moyano ¿te parece teatro o hay algo cierto de trasfondo?
R: No lo sé, pero tenemos que aprender a pensar los teatros como ciertos, pues vivimos la era del espectáculo. lo que me parece es que Cristina está buscando la mayor lealtad posible en sus adláteres y ya no solo en su "mesa chica"
A propósito, en una parte del libro escribís que el proyecto K es volver al punto en que fue interrumpida la experiencia Cámpora que dio comienzo a la etapa Dictadura-neoliberalismo.
R: No digo eso; digo algo que es casi lo opuesto: que aunque imaginalmente pregonan volver al punto en que fue interrumpida la experiencia Cámpora que dio comienzo a la etapa Dictadura-neoliberalismo en realidad son un movimiento que incorpora en sus prácticas todo lo que ocurrió luego de 1976, tanto en lo que hace a técnicas de gobierno (que incluye técnicas mediáticas) como a trato con los de abajo (que incluye co-gestión de lo social con los nosotros extraestatales).
Con ese retorno al pasado vuelve también el antagonismo Montoneros-CGT, una de las columnas del desastre que vino a posteriori. Los neomontoneros actuales son funcionarios con sueldos de novela y no como sus predecesores que, a mi juicio, equivocados en la metodología, estaban dispuestos a jugarse la vida por su ideología. Entonces, ¿hasta dónde puede llegar esta pugna? Mi temor es que alguien, en algún momento, uno que sea mas papista que el papa, vaya más allá de las palabras y se le escape un tiro. Lo cual sería una tragedia.
R: Yo no lo veo probable, pero tal vez yo no sepa leer lo cierto de ese teatro :)
Aunque el discurso K parecería calentar el ambiente en esa dirección. En este sentido, Cristina me resulta un poco más decidida que Néstor.
Como ves, el mérito de un libro es dejar inconclusas las respuestas y provocar nuevas preguntas. Mérito, por supuesto, todo tuyo.
Un abrazo
Pablo F.